Un ángel es un espíritu celestial considerado como mensajero o intermediario entre los dioses y la humanidad. También es su misión la de ser guardián protector o guerrero celestial.
A pesar de su monoteísmo, el pueblo de Israel asumió la imagen de un grupo de dioses convirtiéndolos en ángeles que servían a un solo dios. Esta aceptación de una creencia en la existencia de ángeles se implantó de forma relativamente fácil, porque, tanto los dioses menores como los ángeles, podían ser llamados hijos de Dios. Se pensaba que los ángeles tenían la forma de varones humanos y por ello podían ser confundidos con hombres.
Tras el exilio babilónico de Israel, el pensamiento judío con respecto a los ángeles fue alterado y enriquecido por ello. Basándose en el arte mesopotámico, artistas y escritores comenzaron a dotar de alas incluso a los serafines antropomórficos y se despertó un gran interés por las prendas de los ángeles, por sus nombres y también por sus categorías. Además de la influencia mesopotámica, la tradición dualista persa añadió otra dimensión a la angeología hebrea, postulando la idea de ángeles hostiles y destructivos que se revelaban contra Dios; por ejemplo, la secta de los esenios veía el mundo como campo de batalla, la escena de un combate entre el espiritú de la Verdad y el del Mal, éste único un poder demoníaco opuesto a Dios llamado Belial.
La evolución posterior del judaísmo y del cristianismo mostraron un importante crecimiento del mundo angélico, no menor al hecho de la continuidad de la antigua práctica de aceptar a los dioses de religiones politeísticas convirtíendolos en querubines. Aunque la creencia en los ángeles es patente en la Biblia, muchos teólogos sugieren que el concepto fue adoptado por los escritores bíblicos, tanto como mecanismo literario para personificar la presencia divina, como un medio para degradar a los dioses de religiones polititeístas. Basado en estar religiones, el Islam desarrolló su propia jerarquía angélica, como los arcángeles Miguel y Gabriel o los portadores del trono de Alá, que eran un león, un águila, un toro y un hombre.
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